Jugar con el fuego de la extrema derecha
En el PSOE se las prometían muy felices con el ascenso de Vox. Nada mejor que dividir la derecha en tres bloques para que Ciudadanos y PP jamás pudieran gobernar. Ni en España ni mucho menos en Andalucía, donde hasta la noche electoral nadie llegó a plantearse seriamente la posibilidad de que la presidencia de Susana Díaz estuviera en cuestión. El Gobierno no solo no temía a Vox sino que, desde su equipo, se les promocionó. Con la misma imprudencia con la que, hace tres décadas, François...