Bienvenidos a la distopía tecno-científica
Es una bendición el haber nacido en un país donde no existe una estricta tradición filosófica y uno no está
castrado por el pensamiento eunuco-analítico o capado-idealista y sus pretensiones totalitarias. Da gracias a que eres libre y que aún sin filosofía y sin ciencia sólidas aquí sigue habiendo arte y literatura, mal que les pese a los censores. Y aún en falta de libertad en el discurso existe la posibilidad de una gaya ciencia que va más allá de la necesidad de dominación de los...